«El Día de Muertos es una de las tradiciones más emblemáticas de México y, junto con la música, las flores y las ofrendas, también llega el delicioso pan de muerto. Su popularidad es tan grande que comienza a venderse incluso meses antes del Día de Muertos y ocupa un lugar privilegiado en los altares.»
El Pan de muerto tiene su origen en los sacrificios humanos de la época precolombina.
Se cree que los muertos se guían por el olor, por eso muchos elementos de los altares de muertos incluye este sentido como las flores o el copal. Por eso, el pan de muerto más popular se prepara con jugo de naranja que le da un sutil sabor y aroma. Hay una amplia variedad de pan de muerto. Una de las más famosas es la que se elabora de forma redonda y con sus características canillas que representan huesos. Sin embargo, no todos los panes de muerto son redondos, en la Huasteca se consumen panes con forma de humanos y en Oaxaca con forma de corazón. Las formas varían según cada estado pero siempre servirán para recordarnos a aquellos que trascendieron a una mejor vida.
Significado:
- La forma circular simboliza el ciclo de la vida y la muerte.
- El pequeño círculo representa el cráneo.
- Las cuatro canelillas hacen alusión a los huesos y a las lágrimas derramadas por los que ya no están. Colocadas en forma de cruz pueden simbolizar los cuatro puntos cardinales.
- El pan de muerto tiene origen en un rito prehispánico de las antiguas culturas de México. De hecho, se cree que su preparación incluía sangre y huesos humanos que servían de ofrenda a dioses.
- El pan de muerto siempre se aromatiza con flores de azahar o con esencia de naranja, olores que “atraen” a las almas en su regreso a casa.
